Al final de la calle.
Al final de la calle.
La noche llegaba a su punto culminante. Antonio
acabada de cruzar la esquina, internándose con paso lento por la calle estrecha
que se hallaba a su derecha. Caminaba bajo los altos árboles que
bordeaban la entrada de aquel oscuro sendero. La calle ascendía dibujando una
línea interminable. Todo tenía un aspecto marginado y tétrico más allá, a su
alrededor. El viento arrastraba las inmundicias que se acumulaba en los
contenes, entre ellas los desperdicios de los transeúntes, que como memorias
abandonadas, volaban tratando de aferrarse a algo. Las pocas luces del lugar
mostraban un cuadro deprimente, no había lámparas en las aceras, tan sólo unos
faroles improvisados sobre los postes de luz, que proyectaban una lumbre opaca,
como de luciérnaga, sobre la superficie del asfaltado. Las casas eran igual de
oscuras y tristes, dando la impresión de haber estado abandonadas hace mucho
tiempo. Antonio se detuvo por unos instantes, dudoso de seguir hacia adelante.
A medida que él avanzaba por la empinada calle, más
crecían sus temores. Se arrepentía de no haber regresado a la avenida, pero ya era demasiado
tarde para pensarlo. En medio del camino, se topó con un perro escuálido que
cruzaba la calle con paso quedo, como si estuviera arrastrando su pobre
existencia. Tenía la apariencia de esos canes realengos y sarnosos con los que
uno suele encontrarse en los callejones; pero en su mirada escondía algo
peculiar, algo que le resultaba a Antonio bastante familiar. Como tratando de
escudriñar algo, el hombre observó un rato al perro, el cual le devolvió la
mirada con un gesto triste de su lánguido rostro. Sintió una profunda lástima
por el desafortunado animal, algo en él le recordaba su propia realidad.
Antonio trató de ignorar al pitbull, caminando con
el mismo ritmo que había conservado y manteniendo su mirada fija hacia delante.
Pero el perro se irguió en un gesto de amenaza. Su figura se impuso en el
lugar, soberbia, pareciendo quererse devorar al mundo entero. Ante tal acción,
otro perro al otro lado del camino se acercó, como impulsado por un llamado.
Era un chihuahua bastante irritable. Empezaba a ladrar con impertinencia.
― ¡Quieto ahí, ladrón!― Gritó una voz enfurecida―
¿Pa’ donde cree que iba? ¿Eh?
Antonio se volteó ante aquella voz, encontrándose
al instante con la figura encorvada de un hombre que lo amenazaba con un
revólver.
― ¡No me mate! ― empezó a decir Antonio con voz
trémula―. No soy un ladrón…no he hecho nada.
― ¡Cállese la boca! Aquí quien decide eso soy
yo.
― Usted me debe estar confundiendo ¡Yo no le he
robado a nadie!―insistió Antonio, bastante angustiado.
―Le dije que se callara la boca ¡Azaroso!―repuso el
hombre más molesto que antes.
― ¡Por favor! Déjeme ir, yo no he hecho nada.
El hombre observó a Antonio con detenimiento,
reparando en su vestimenta. Luego bajó el arma, pero sin cambiar de gesto le
dijo:
― Tiene razón, lo estaba confundiendo, puede
irse.
Antonio permaneció de hinojos, algo confuso,
tratando de interpretar aquellas palabras que acababa de escuchar.
― ¿Acaso es sordo? ¡Váyase le digo!― gritó el
hombre a Antonio, quien aún no entendía el cambio inesperado de aquel.
Temiendo que el señor cambiara de opinión, Antonio
se puso de pie y giró hacia la dirección que había seguido. Una intensa
sensación de alivio llenó su ser, miró adelante, aguardando lo mejor. De repente, un ruido estremeció sus oídos,
acompañado de una fuerte impresión de ardor en su estómago. Un intenso dolor
atravesó su vientre, lo miró consternado y percibió como una espuma abundante
emanaba de él, quemándole las entrañas. Volvió ante la figura del hombre a su
espalda, este sostenía el revólver en dirección suya.
La boquilla del arma aún humeaba por el disparo. Ahí mismo Antonio se desplomó,
exhalando su último aliento de vida.
Lugar y fecha de
nacimiento: Laguna Salada, 5 de junio del
1995
Inicia sus estudios primarios en el año
2000, en el centro educativo anteriormente llamado Escuela Pueblo Nuevo,
mostrando desde muy temprana edad una agudeza mental que lo lleva a cursar el
1er y 2do grado de primaria en un mismo año. Asimismo, cursa el 4to y el 5to
grado en un solo periodo, gracias a su avanzado desempeño escolar.
En el año 2005 ingresa a la escuela
Jacinto de la Concha para continuar con sus estudios de primaria, siendo
reconocido en varias ocasiones como estudiante meritorio. Luego en el 2007
ingresa al liceo Pte. Antonio Guzmán Fernández. En este último centro educativo
participó y ganó en los concursos: Pinto por la paz, y Producción de una obra
teatral. Termina obteniendo su diploma de bachiller en el 2011.
En el 2013 comienza sus estudios de
Educación Mención Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD). En este mismo año participa en el concurso regional de lectura
auspiciado por la Cámara de Diputados, obteniendo el primer lugar.
Desde el 2014 al 2015 participa como
expositor en la Semana del Poeta, celebrada en el recinto Mao cada noviembre,
experiencia que le permite crecer como estudiante destacado dentro de la
carrera. Tuvo a su cargo la presentaciones de los libros "Encrucijada del
Tiempo" de Bergson Rosario y "Metáforas del Deseo" de Félix
María Betances, ambas celebradas en la UASD centro Mao.
Para el 2015 asume el cargo de
Secretario General de la Asociación de Estudiantes de Filosofía y Letras
(ASEFILE), el cual desempeña hasta el 2016.
Trabajó en el Colegio Utesiano de
Estudios Integrados (CUEI-UTESA), impartiendo asignaturas en el área de lengua
española, desde octubre del 2017 hasta agosto del 2018.
Fue reconocido por el Ayuntamiento
Municipal de Laguna Salada, durante la rendición de cuentas, por haber
alcanzado el más alto honor (Summa Cum Laude) en la graduación ordinaria de
grado, celebrada en la UASD Centro mao el 2 de Junio del 2018.
Desde pequeño ha mostrado afinidad por
la lectura y la escritura, así como también cierta sensibilidad artística que
lo ha llevado a destacarse en el dibujo.
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